CRÓNICAS DE UN ÁCARO

Me encanta vivir en mi habitación,una habitación llena de papeles en la que los libros no están ordenados ni alfabéticamente ni por su tamaño o temática,una habitación en la que montones de ropa sucia yacen como putrefactos cadáveres silenciosos e inmóviles esperando ser introducidas en la boca de un extraño ser con forma rectangular a los que los humanos denominan lavadora. En nuestra morada se comenta que una vez te encierran allí nunca vuelves a ser el mismo,vuelves cambiado,diferente,sin esa esencia que te caracteriza,y se rumorea que para nosotros,los ácaros,es un uno de nuestros principales enemigos amén del Pronto limpiamuebles y junto a ese monstruo de gran trompa que te succiona con un ruido ensordecedor y desapareces para siempre,aunque kantik mi tio francés, que regresó tras ser absorbido por el ruidoso monstruo de trompa habla de aquel lugar como una gran bacanal de partículas,fibras,insectos y otros,y cuenta que es fácil escapar de allí,pero en nuestro submundo no lo creemos demasiado,es un tipo verdaderamente extraño.


Yo vivo bajo una cama,soy primo lejano de los arácnidos y mido unos 0.75 centímetros aunque para mi edad soy bastante alto pero algo rechoncho…o orondo como dice mi tia de sueca,Billy. Suelo alimentarme de madera y materia vegetal muerta,aunque para perder kilos me tienen terminantemente prohibidas las maderas prefrabricadas para no caer en la obesidad que tan de moda está últimamente…¡con lo que a mi me gustan! Otra de las comidas que me pirran son los meollos que se deprenden de los bocadillos de mayonesa con guindillas,de bollicaos,tigretones y phoskitos que engullen los humanos.

Soy fotofobico,no hay nada que mas me moleste que la luz solar (y que me prohíban las maderas prefabricadas,claro) y tengo ocho patas a las que doy muchísima utilidad y junto a minúsculos fragmentos de tierra y arena que se desprenden de unas plataformas que los humanos se colocan en los pies para caminar y que se hacen llamar “zapatos”, diminutas partículas,fibras de ropa,diminutos cabellos (buff…los cabellos! Se desprenden de los humanos y nos dan todo tipo de conexión del mundo exterior al nuestro,son unos verdaderos cotillas!),materias orgánicas como el polen (uno de mis mejores amigos,Olea,es un grano de polen) pequeños resquicios de que se suelen desprender de los humanos cuando se hurgan las orejas con bastoncillos, si bien los cabellos son unos cotillas,los trozos de cera además de ser pegajosos y pesados se suelen unir en bandas de pelusas de hasta 53 micras…se suelen aislar bastante de todos… y ahora estamos con el tema de la inmigración de cenizas de meteorítos,las hay regularizadas y sin regularizar…e intentamos que se adapten perfectamente a nuestro cosmos ya que ellos usan un lenguaje marciano y a la hora de comunicarse es difícil.

Junto a mí, a escaso metros, se encuentra un calcetín blanco con dos bandas, una roja y otra azul y dos raquetas cruzadas como logo,que fue lanzado a nuestro mundo después de una clase de gimnasia (ya saben…esa estúpida asignatura que practican los humanos para mantener en forma a su generación ni-ni-obesa) hace un año. Es un buen compañero,y sobretodo un buen oyente,me gusta contarle mis problemas amorosos con Sarcoptes,siempre está fuera trabajando en picar a los humanos y bueno,nuestro amor es un poco imposible…calcetín me escucha y en las noches frías suel refugiarme en su regazo.

Lo confieso. A pesar de la fama de incestuosos que tenemos los ácaros yo solo amo a Sarcoptes y me es imposible fijarme en otra hembra, pero claro,para nosotros la abstinencia es mas fácil…ocho patas dan para mucho y lo admito,me declaro un total seguidor de onán! Ostras! Somos una especie que solemos tener unas 200 relaciones diarias y yo aquí a dos velas…¿Qué esperan?...así que no juzguen!!!



A pesar de que me han aconsejado que viviría mejor como parásito en una oruga o con mi tia sueca o mi tio francés formando el polvo del mueble,prefiero seguir aquí,en mi micromundo,el ecosistema de debajo de mi cama.